Todas las personas formamos parte de un sistema familiar.

Una conciencia común nos une como red a todos sus miembros, velando por los derechos de cada uno. Así es que, cuando algún miembro de la familia fue o es excluido, menospreciado, no reconocido, esto tiene una gran influencia en generaciones posteriores.

Una compleja red de lazos nos vincula con todos y cada uno dentro del propio sistema e influencian sobre las personas más allá del entendimiento y los deseos. Estos lazos se expresan como lealtades y velan por el equilibrio de todo el sistema, sin tomar en cuenta si afectan negativamente a otro miembro de la familia.

Estos desórdenes aparecen cuando por ejemplo una persona es olvidada, por ejemplo, al haber tenido un destino especialmente trágico (suicidado, haber fallecido en un accidente fatal, locura, etc.). También pueden manifestarse como posicionamientos inadecuados: es el caso de una hija que actúa como madre de su propia madre, o un segundo hijo, que por ejemplo es considerado como si fuera el primogénito.

Las consecuencias aparecen y se manifiestan en otro miembro de la familia padeciendo un trastorno físico o psíquico, o tiene dificultad de tener pareja, hijos, o laborales, de tener éxito, o tiene conductas graves, sin que estos síntomas puedan ser entendidos en relación a hechos o acontecimientos del presente de la persona y su entorno.

Bert Hellinger ha descubierto las leyes que explican estos órdenes y un método familiar y transgeneracional que tiende a encontrar soluciones a estas problemáticas sistémicas.

¿Cómo se realiza el trabajo?

Se realiza en grupos. La persona que desea consultar, plantea de manera sencilla al coordinador el motivo de su consulta.

Es un trabajo profundo. No es aconsejable que se realice por curiosidad sino solo cuando el tema y la situación así lo requiera.

Sin ninguna preparación previa, se le pregunta al consultante quienes pertenecen o pertenecieron a su red familiar, quién murió pequeño o joven o

no llegó a nacer y en qué circunstancias, si hubo suicidios, accidentes, separaciones, enfermedades, estafas, migraciones, o si algún miembro de la familia fue excluido.

Los miembros de las familias no están presentes, ya que para este método no es requerida la presencia de los mismos.

Quien dirige el trabajo, invita al que consulta a elegir representantes para algunos de los miembros de la familia.

Las personas elegidas son posicionadas por el consultante dentro de un espacio según su intuición, y a partir de ahí el terapeuta observa que va sucediendo.

A las personas elegidas no se les da ninguna indicación o consigna, solo ser sinceros con lo que sientan.

Esta herramienta terapéutica casi no utiliza las palabras, solo algunas frases. Se priorizan los gestos, movimientos, silencios, miradas, emociones y/o sentimientos de los representantes.

La tarea se desarrolla en un marco de respeto y contención.
Se requiere solo por parte del consultante una actitud receptiva y de entrega profunda, y de esta manera actúan también los representantes y el público que observa.

A través del procedimiento, se ponen en evidencia y salen a la luz los desordenes dentro del sistema, raíz de sufrimiento y de malestar para la persona.

Mediante movimientos y frases sanadoras facilitadas por el coordinador, se llega finalmente a lo que se llama una «imagen de solución», la que impulsa un movimiento sanador en el alma familiar.

¿Para qué sirven las constelaciones familiares?

 Para lograr el equilibrio en los sistemas familiares sociales o comunidades.
 Para entender qué es la lealtad a la familia y cuándo la rebeldía es sana.
 Para elaborar duelos no resueltos, para no tener miedo a la muerte.
 Para poderse separar.
 Para diferenciar nuestros sentimientos hacia alguna persona.
 Para solucionar conflictos con nuestros padres, hermanos y familiares.
 Para darse cuenta que a veces los pecados también tienen consecuencias buenas.
 Para aceptar la pareja tal como es.
 Para desarrollar un compromiso social.
 Para tener una mejor comunicación y sexualidad con nuestra pareja.
 Para lograr la paz y la felicidad pues estos son logros del alma.
 Para encontrar el verdadero lugar dentro de nuestros propios sistemas.
 Para recuperar la fuerza que recibimos de las personas excluidas dentro del sistema.

¿Qué aplicaciones tienen o en qué ámbitos se aplican las constelaciones?

Existen diferentes aplicaciones:

Constelaciones con personas con enfermedades crónicas o graves así como con vidas y destinos muy difíciles.
Constelaciones con jóvenes con problemas de conducta.
Constelaciones con temas vocacionales.
Constelaciones frente a problemas laborales, falta de éxito y prosperidad.
Constelaciones sobre inmigraciones traumáticas y su influencia en generaciones posteriores.
Constelaciones sobre patrones que se repiten en una familia: hombres ausentes, hijos que viven separados de sus padres, etc.
Constelaciones en relación a consecuencias de hechos graves como guerras, hambre, asesinatos, etc.
Constelaciones sobre los llamados “niños índigos”.
Constelaciones sobre las consecuencias de mujeres que mueren en el parto.
Constelaciones con grupos de alcohólicos o adictos.
Constelaciones con enfermos psicóticos.
Constelaciones sobre adopciones, homosexualidad, sida, marginación.
Constelaciones con mujeres y hombres violados. Incesto y abusos.
Constelaciones con mujeres y hombres maltratados.
Constelaciones con mujeres que no han podido superar la separación.
Constelaciones para hombres y mujeres que no pueden ser fieles.
Constelaciones familiares para parejas que deseen mejorar su relación.
Constelaciones familiares para personas relacionadas con suicidios, muertes repentinas y trágicas en la familia.
Constelaciones familiares para personas descendientes de mujeres que murieron durante el parto.